viernes, 25 de diciembre de 2009

Antonio Ledezma transmite un mensaje navideño al pueblo venezolano

Foto: Prensa Alcaldía Metropolitana

El Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma dirige un mensaje al pueblo venezolano, con motivo de las festividades. En su saludo, pide “construir la verdadera unidad que requiere Venezuela”, más allá de las banderas políticas, para ser de nuevo “el faro de la Democracia en la región”.

Mujeres y Hombres de nuestro pueblo:

No hay duda que el año que termina ha sido muy difícil: la inseguridad, el desempleo, el alto costo de la vida, la violencia y la crisis de los servicios de agua, electricidad, nos han azotado. Pero la navidad no es tiempo para reproches, es ocasión para el reencuentro espiritual, la paz y mirar al futuro con esperanza.

Recordando a su Santidad Juan Pablo II, concluimos que “no hay justicia, sin paz, ni paz sin perdón”.

Por eso, los invito, de todo corazón, a que practiquemos la solidaridad. Solidaridad con nuestros presos políticos, con nuestros exiliados, pero sobretodo con las mujeres y los hombres de nuestro pueblo excluidos del bienestar.

Los invito a mirar el futuro. A mirar el futuro donde haya acontecimientos que nos reencuentran con lo mejor de nuestra Patria.

El 23 de enero, por ejemplo, fue la cuna de nuestra Democracia. El 19 de abril fue la escena en que la sociedad civil se unió para hacer nacer nuestra Libertad. Es hora de acercarnos al pueblo, pero no sólo para contemplarlo, sino para escucharle y demostrarle que sí podemos producir soluciones para las circunstancias negativasque lo fatigan.

El Año Bicentenario debe traernos el gran cambio al que aspiramos todos y abrirnos las puertas al futuro. Venezuela merece volver a ser el faro de la Democracia en la región y a entrar a la modernidad, a la prosperidad y al desarrollo, para la felicidad de todos sus hijos.

Pero todo eso sólo se puede edificar en una atmosfera de Unidad. Unidad más allá de las banderas políticas de la oposición. Unidad que transcienda las miserias, el resentimiento y el sectarismo del actual Gobierno. Unidos por la Patria, por el Gloria al Bravo Pueblo.

Mujeres y Hombres de nuestro pueblo: Feliz Navidad y un Próspero Año 2010. Que Dios bendiga a nuestra Nación, que Dios bendiga al Bravo Pueblo Venezolano.

Vía Prensa Alcaldía Metropolitana

Murió uno de los venezolanos más relevantes del siglo XX

Foto AP / Presidencia de la República.

El que fuera dos veces presidente de Venezuela y fundador del partido democristiano Copei,Rafael Caldera, considerado uno de los venezolanos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX, falleció hoy a los 93 años de edad en Caracas, tras sufrir durante varios años la enfermedad de Parkinson.

Rafael Antonio Caldera Rodríguez nació en San Felipe, capital del estado noroccidental de Yaracuy, el 24 de enero de 1916.

Huérfano de madre a los dos años, fue criado por una tía materna. Cursó la primaria en una escuela local y el bachillerato con los jesuitas en Caracas.

En 1936 ocupó su primer cargo de importancia: la subdirección de la Oficina Nacional del Trabajo, por haber sido impulsor de la legislación obrera moderna en Venezuela, y el mismo año encabezó el grupo fundador de la cristiana Unión Nacional Estudiantil.

Se doctoró en Ciencias Políticas en 1939 y dos años después se casó con Alicia Pietri, matrimonio del que nacieron seis hijos, tres varones, de los que dos se han dedicado a la política, y tres mujeres.

Foto AP / Fernando Llano.

Caldera compaginó la docencia universitaria con el activismo político, como líder de diversas agrupaciones y diputado por Yaracuy (1941-1944).

En 1946 fundó COPEI como un movimiento “con ideas cristianas y bases populares” y ese mismo año fue elegido para la Asamblea Constituyente (1946-1947).

Fue por vez primera candidato presidencial por COPEI en 1947, pero le ganó Rómulo Gallegos, de Acción Democrática (AD), el otro puntal de la política venezolana durante el último medio siglo.

Foto AP / José Carucci.

El golpe militar de 1948 contra Gallegos colocó a Caldera en la oposición, donde seguía cuando en 1952 se instaló la dictadura personalista del coronel Marcos Pérez Jiménez, que le encarceló en 1957 cuando emergía como candidato de las fuerzas democráticas a las elecciones previstas para finales de ese año.

El derrumbe de la dictadura, el 23 de enero de 1958, sorprendió a Caldera en el exilio, del que retornó para sumarse a la construcción de la democracia junto a los líderes históricos de AD y de la desaparecida Unión Republicana Democrática, con quienes hizo el “Pacto de Punto de Fijo” que garantizó la gobernabilidad.

En las presidenciales de 1958 le ganó Rómulo Betancourt y en las de 1963, tras la ruptura de la coalición de gobierno AD-COPEI, Raúl Leoni.

Caldera fue copresidente de la comisión que redactó la Constitución promulgada en 1961, ypresidente de la Cámara de Diputados de 1959 a 1962.

Foto AP / José Carucci.

Con la consigna del “cambio” ganó la Presidencia al cuarto intento, en 1968, en unas reñidas elecciones que acabaron con la hegemonía de diez años de AD.

Caldera desarrolló su gestión bajo el signo del “nacionalismo democrático”.

Su política de pacificación permitió la incorporación a la vida democrática del Partido Comunista Venezolano y del Movimiento de Izquierda revolucionaria (MIR), en armas desde 1960.

En política exterior fomentó la “solidaridad pluralista” latinoamericana y la “justicia social internacional”, distendió las relaciones con la Cuba comunista, metió a Venezuela en el Pacto Andino, denunció el Tratado de Reciprocidad Comercial con Estados Unidos, mantuvo una presencia activa en el Caribe y estableció una moratoria para el arreglo de la disputa limítrofe con Guayana por el Esequibo.

Foto AP / José Carucci.

Caldera entregó el mando en 1974 a Carlos Andrés Pérez, de AD, y cumplido el impedimento constitucional de diez años para volver a ser candidato, aspiró de nuevo a la presidencia por el COPEI en 1983, cuando fue derrotado por el “adeco” Jaime Lusinchi.

Su sexta carrera a la Presidencia fue truncada por sus discípulos en 1988. La estrella de Caldera pareció languidecer, pero en 1992, tras el primero de los dos intentos de golpe de Estado de ese año, emergió con un nuevo liderazgo.

Caldera constituyó una plataforma electoral heterogénea llamada Convergencia Nacional y ganó por segunda vez la Presidencia en diciembre de 1993.

Según los analistas, Caldera no logró responder a las expectativas creadas entre los escépticos venezolanos, lo que terminó de preparar el terreno para la llegada al poder del actual gobernante, Hugo Chávez.

Tras finalizar el segundo periodo, en febrero de 1999, entregó el poder a Chávez y se retiró de la vida pública.

Abogado, doctor en Ciencias Políticas, profesor universitario, escritor, articulista, ensayista, diputado, senador, jefe de Estado, caudillo político y padre de la democracia, Caldera fue un humanista internacionalmente reconocido con títulos y honores concedidos por más de veinticinco Universidades de América y Europa.

Para ver la galería de fotos de los momentos históricos de la vida de Rafael caldera, pulse en la imagen

Vía “EFE”.