El presidente Hugo Chávez se prepara para asestar un duro golpe a los adversarios de su “revolución socialista” tomando medidas radicales contra Globovisión, el principal canal abiertamente opositor que transmite en señal abierta en Venezuela.
Aunque sería un movimiento arriesgado justo cuando se cumple el segundo aniversario de la salida del aire de RCTV, que era la mayor estación televisiva crítica del Gobierno, el mandatario parece decidido a sancionar a Globovisión y continuar su campaña para limitar el poder de sus opositores.
“No se extrañe nadie cuando en Venezuela el Estado tome, si lo considera, y hay razones,decisiones en torno a algunos medios de comunicación que allá en nuestra patria siguen practicando el terrorismo“, dijo Chávez la semana pasada.
Días antes, advirtió: “Pónganse a creer en que yo no me atrevo. Se pueden llevar una sorpresita en cualquier momento“.
Analistas creen que una medida que saque de las ondas al canal -temporal o definitivamente- azuzaría la tensión y pondría de nuevo al mandatario bajo crítica internacional en momentos de alta popularidad pero cuando enfrenta una caída de los recursos petroleros por la crisis económica global.
Pero, el impacto sería moderado en la gobernabilidad a mediano plazo, más allá de algunas protestas, y fortalecería su capacidad para consolidar el socialismo en el socio de OPEP.
“La reacción del adversario es limitada, siente que no puede hacer nada, no pueden movilizar a grandes cantidades de población, no tienen liderazgo“, dijo Luis Vicente León, de la firma Datanálisis.
El militar retirado no renovó en mayo del 2007 la concesión a Radio Caracas Televisión (RCTV), un decisión impopular que generó un fuerte rechazo en las calles y, según analistas, fue clave meses después para la derrota en las urnas de su radical proyecto de reforma constitucional.
Pese al revés electoral, único en sus 10 años en el poder, se recuperó y reforzó su liderazgo al ganar un referendo en febrero que le permite ir a la reelección las veces que desee.
“La oposición puede protestar, pero Chávez maneja la situación y tiene una autopista libre para avanzar en política y economía“, agregó León.
ARROLLAR A LA CONTRARREVOLUCION
Eventuales medidas contra Globovisión serían el colofón a un plan oficialista para arrinconar a adversarios, luego de un hostigamiento contra políticos de oposición que ganaron gobernaciones y alcaldías en los comicios regionales del 2008.
“Debemos seguir a la ofensiva, lo he dicho y lo repito, arrollando a la contrarrevolución. No hay acuerdo aquí con la contrarrevolución, no podemos ser más los pendejos que éramos“, dijo Chávez en abril en un acto del partido oficialista PSUV.
En los últimos meses, el Gobierno ha retirado competencias a cargos públicos en manos de opositores y el principal líder opositor pidió asilo en Perú alegando una persecución política tras abrírsele una investigación por corrupción.
Globovisión, que transmite por cable pero que sólo llega en señal abierta a menos de un 10 por ciento de la población, es identificado por el oficialismo como una canal “golpista” que busca “desestabilizar al Gobierno revolucionario“.
Chávez acusa a medios privados de ser artífices del golpe de Estado del 2002, cuando fue derrocado por unas horas, tras el cual dos de los principales canales -Venevisión y Televen- moderaron su línea editorial.
La semana pasada, el mandatario designó a su cercano colaborador y ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello, al frente del ente regulador de las telecomunicaciones en momentos en que todo el creciente conglomerado de medios públicos ha iniciado una dura campaña para desprestigiar a Globovisión.
“Vamos a trabajar en la eliminación del latifundio en las telecomunicaciones“, dijo el fin de semana Cabello, cuyo nombramiento es considerado por la oposición como una amenaza para todos los medios privados no alineados con la revolución.
Chávez, célebre por sus maratónicos discursos en los que puede hablar por ocho horas seguidas, ha incrementado aún más la frecuencia de sus alocuciones televisivas para mantener su conexión popular en momentos de crisis económica.
“Es un Gobierno autoritario que quiere imponer la línea editorial de los medios libres e independientes. Nuestra línea editorial no está en venta“, dijo Alberto Ravell, director de Globovisión, apuntando a que el objetivo de Chávez es debilitar a la oposición.
Mientras críticos denuncian que busca acabar con la libertad de prensa, Chávez lo ve como una “batalla mediática” para garantizar la continuidad de su revolución.
Y avisa: “Ese loco (Ravell) con ese cañón (Globovisión), se van a acabar o me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías“.
Por Enrique Andrés Pretel, editado por Silene Ramírez
Vía Thomson Reuters
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